30mg
Tratamiento del dolor post-operatorio y post-traumático de intensidad moderada.
Vía sublingual .30 mg cada 8 horas, según necesidad, por un máximo de 5 días.
Sublingual.
Este producto no debe administrarse en pacientes con intolerancia a la lactosa o galactosa. Los productos en base de ketorolac trometamina se encuentran bajo régimen especial de farmacovigilancia, por lo que el médico está en la obligación de registrar y notificar cualquier reacción adversa observada, con el uso de medicamentos que contengan dicha sustancia. No administre este producto durante el embarazo o cuando sospeche su existencia, ya que su inocuidad sobre el feto no ha sido demostrada. Como otros inhibidores de la síntesis de prostaglandinas, el ketorolac altera la circulación fetal y las contracciones uterinas, por lo que se contraindica su uso en el período perinatal. En animales experimentales el ketorolac trometamina ha producido necrosis papilar renal. La dosificación de ketorolac debe individualizarse en función de las necesidades particulares de cada paciente, procurando siempre el uso de la dosis efectiva más baja y durante el tiempo más corto que la condición permita. La administración de dosis superiores a las recomendadas y/o por períodos de tiempo prolongados aumenta de manera considerable el riesgo de reacciones adversas cardiovasculares, renales, hematológicas, hepáticas y gastrointestinales. Previo al inicio de un tratamiento con ketorolaco y periódicamente durante el mismo se debe evaluar el funcionamiento renal, hepático y hematológico de los pacientes, así como la presión arterial. Con el uso de AINEs en general se han reportado casos graves y potencialmente fatales de hipersensibilidad. Por ello, y considerando la posibilidad de una reacción cruzada, antes de iniciar un tratamiento con ketorolaco se debe investigar cuidadosamente en el paciente la existencia de antecedentes en tal sentido y, en caso positivo, evitar su prescripción. Así mismo, se debe instruir a los pacientes a suspender de inmediato el tratamiento y procurar asistencia médica ante la aparición repentina de: erupción generalizada u otras manifestaciones cutáneas, fiebre, inflamación de los párpados, nariz, boca o garganta, debilidad y dificultad respiratoria. El uso de ketorolac se ha asociado a la ocurrencia de casos graves y ocasionalmente fatales de úlcera péptica, perforación y hemorragia gastrointestinal que pueden presentarse de manera repentina e inclusive sin síntomas previos. Dado que la experiencia post-mercadeo sugiere que los pacientes mayores de 65 años parecen más propensos a dichos efectos que los de menor edad, se recomienda en ellos usar la más baja dosis efectiva posible y sin exceder los 60 mg/día. Al prescribir ketorolaco se debe advertir a los pacientes la importancia de informar inmediatamente al médico si durante el tratamiento se presenta: dolor epigástrico, ardor estomacal, dispepsia, hematemesis, sangre en heces o alguna otra manifestación que sugiera la posibilidad de una complicación gastrointestinal, en cuyo caso deberá suspenderse la medicación. El uso de AINEs en dosis elevadas y/o por tiempo prolongado se ha vinculado a la posibilidad de eventos trombóticos cardiovasculares que podrían comprometer la vida de los pacientes (p.e.: infarto de miocardio y accidente cerebrovascular). La experiencia clínica revela que los pacientes con enfermedad cardiovascular pre-existente o factores de riesgo para la misma (hipertensión arterial, diabetes mellitus, hiperlipidemia, sobrepeso y/o tabaquismo) resultan particularmente propensos. Por ello, para el uso en tales circunstancias se recomienda la consideración previa del balance beneficio/riesgo y, así mismo, advertir a los pacientes la importancia de notificar al médico si durante el tratamiento se presentan síntomas que hagan sospechar la reacción, como: dolor en el pecho, disnea, cefalea intensa, mareo, parestesia, debilidad y trastornos del habla. En pacientes con disfunción renal y/o hepática, insuficiencia cardíaca, depleción de volumen (por deshidratación o uso de diuréticos), tratamiento concomitante con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o con antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II) y en pacientes de edad avanzada, la inhibición de la síntesis de prostaglandinas generada por el ketorolaco puede comprometer la perfusión renal y conducir a una insuficiencia renal aguda. Por ello, se recomienda extremar las precauciones en tales casos. Aunque el ketorolac no parece alterar significativamente el tiempo de protrombina (PT) ni el tiempo de tromboplastina parcial (PPT) y en los estudios clínicos no se han observado interacciones con warfarina o heparina, su uso en pacientes que podrían resultar afectados por una prolongación del tiempo de sangrado (pacientes con coagulopatías o con tratamiento anticoagulante) debe ser objeto de una cuidadosa valoración del balance beneficio/riesgo. De ser imprescindible su empleo en tales casos, se recomienda precaución extrema y vigilancia frecuente de los parámetros de coagulación. Se debe evitar su empleo en pacientes con hemorragia cerebrovascular, diátesis hemorrágica, hemostasis incompleta o sometidos a procedimientos quirúrgicos con riesgo elevado de hemorragia. Debido a que con el uso de AINEs en general se han reportado reacciones adversas hepáticas graves como: insuficiencia hepática aguda, hepatitis fulminante y necrosis hepática, se debe advertir a los pacientes la importancia de informar al médico si durante el tratamiento con ketorolaco se presentan: náuseas, fatiga, letargia, prurito, coloración amarilla en los ojos o la piel, dolor en el cuadrante superior derecho o síntomas parecidos a la gripe, dado que podría constituir el pródromo de una hepatotoxicidad inducida por el medicamento. Usar con precaución en pacientes de edad avanzadas, con disfunción renal y/o hepática de intensidad leve a moderada, edema, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, asma bronquial y, en general, con cualquier condición que pudiese agravarse por retención o sobrecarga de fluidos. La seguridad y eficacia del ketorolaco en menores de 18 años no ha sido establecida.
Hipersensibilidad al ketorolac, al ácido acetilsalicílico y a otros AINEs. Historia o presencia de úlcera péptica, perforación o hemorragia gastrointestinal. Enfermedad intestinal inflamatoria. Insuficiencia renal moderada a severa (creatinina sérica > 442 μmol/L) y en pacientes con riesgo de disfunción renal por depleción de volumen. Enfermedad hepática grave. Insuficiencia cardíaca grave. Hipertensión arterial grave. Presunción o certeza de hemorragia cerebrovascular. Previo a cirugías con riesgo elevado de hemorragia. Diátesis hemorrágica. Hemostasia incompleta. Uso concomitante de ácido acetilsalicílico u otros AINEs. Pacientes menores de 18 años. No se administre durante el embarazo o cuando se sospeche su existencia.
Con medicamentos, alimentos y bebidas El uso de ketorolac con agentes antiagregantes plaquetarios (como el ácido acetilsalicílico, la ticlopidina, el clopidogrel y similares), anticoagulantes (como la warfarina), trombolíticos (como la estreptoquinasa) o con otros AINEs incrementa el riesgo de complicaciones hemorrágicas, incluyendo la posibilidad de hemorragia gastrointestinal. El probenecid puede reducir el aclaramiento plasmático del ketorolaco y dar lugar a un aumento de sus niveles séricos, tiempo de vida media y riesgos de toxicidad. Dado que los AINEs en general pueden reducir la depuración renal de metotrexato, aumentando así sus concentraciones plasmáticas y riegos de toxicidad, cabe esperar un efecto similar con el ketorolaco. Se ha evidenciado que el ketorolaco puede reducir el efecto natriurético de la furosemida y diuréticos tiazidas. Se ha descrito que los AINEs en general pueden disminuir la eficacia antihipertensiva de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y de los antagonistas de receptores de angiotensina II (ARA II). Adicionalmente, la co-administración de un AINE con estos agentes incrementa la posibilidad de deterioro de la función renal, en especial en pacientes con hipovolemia. Los AINEs en general pueden reducir la depuración renal del litio y, como resultado, aumentar sus concentraciones plasmáticas y riegos de toxicidad. Se han registrado casos de sangrado gastrointestinal severo en pacientes que recibían ketorolaco y pentoxifilina. Los corticosteroides incrementan el potencial gastrolesivo de los AINEs. El consumo de bebidas alcohólicas durante el tratamiento aumenta el riesgo de reacciones adversas gastrointestinales. La combinación de AINEs con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como fluoxetina, sertralina, citalopram y similares, pueden incrementar el riesgo de hemorragia gastrointestinal. En pacientes tratados con anticonvulsivantes (fenitoína o carbamazepina) y ketorolaco se han reportado convulsiones. Experiencias post-mercadeo sugieren que el ketorolaco podría potenciar el efecto de los relajantes musculares no despolarizantes y provocar apnea.
Las reacciones adversas se han clasificado por su frecuencia en: Muy frecuentes (≥1/10) Frecuentes (≥1/100, <1/10) Poco frecuentes (≥1/1000, <1/100) Raras (≥1/10.000, <1/1.000) Muy raras (<1/10.000) Frecuencia no conocida (notificadas durante uso post-comercialización y en datos de laboratorio) Trastornos de la sangre y del sistema linfático: Frecuentes: Púrpura. Poco frecuentes: Aumento del tiempo de coagulación. Raras: Trombocitopenia, agranulocitosis, anemia, hemorragias postquirúrgicas. Frecuencia no conocida: Eosinofilia, leucopenia. Trastornos del sistema inmunológico: Poco frecuentes: Reacciones de hipersensibilidad como anafilaxia, broncoespasmo, edema laríngeo, edema lingual. Trastornos del metabolismo y de la nutrición: Raras: Anorexia, aumento de apetito, hiperpotasemia, hiponatremia. Trastornos psiquiátricos: Frecuentes: Somnolencia. Raras: Nerviosismo, euforia, ansiedad, insomnio, confusión, depresión, pensamientos anormales, dificultad para la concentración, trastornos del sueño. Frecuencia no conocida: Psicosis, alucinaciones. Trastornos del sistema nervioso: Muy frecuentes: Cefalea. Raras: Hiperquinesia, parestesia, temblor, manifestaciones extrapiramidales, convulsiones. Trastornos oculares: Raras: Visión borrosa. Trastornos del oído y del laberinto: Frecuentes: Vértigo. Raras: Tinnitus, hipoacusia. Trastornos cardiacos: Raras: Palpitaciones, taquicardia. Frecuencia no conocida: Insuficiencia cardíaca. Trastornos vasculares: Frecuentes: Edema, hipotensión. Raras: Hipertensión, síncope, palidez, rubor. Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos: Raras: Epistaxis, disnea, asma, edema pulmonar. Trastornos gastrointestinales: Muy frecuentes: Dolor abdominal, náuseas, dispepsia. Frecuentes: Vómitos, flatulencia, sensación de plenitud, constipación, estomatitis, diarrea. Raras: Gastritis, esofagitis, úlcera péptica, hemorragia gastrointestinal, perforación, hematemesis, sangrado rectal, melena, disgeusia, boca seca, sed, disgeusia, eructos. Frecuencia no conocida: Pancreatitis, exacerbación de colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn. Trastornos hepatobiliares: Poco frecuentes: Elevación de enzimas hepáticas. Raras: Ictericia colestática, insuficiencia hepática, hepatitis. Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo: Frecuentes: Sudoración, erupción, prurito. Poco frecuentes: Urticaria, hematomas. Frecuencia no conocida: Dermatitis exfoliativa, necrólisis epidérmica tóxica, síndrome de Stevens-Johnson. Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo: Raras: Mialgias. Trastornos renales y urinarios: Poco frecuentes: Aumento de la creatinina sérica y del nitrógeno ureico sanguíneo. Raras: Dolor en los flancos con o sin hematuria y/o azotemia, retención urinaria, aumento de la frecuencia urinaria, oliguria, insuficiencia renal aguda; síndrome urémico hemolítico. Frecuencia no conocida: Nefritis intersticial, síndrome nefrótico. Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración: Frecuentes: Dolor en el sitio de inyección. Frecuencia no conocida: Astenia, fatiga, fiebre.
Las manifestaciones clínicas de la sobredosificación de ketorolac pueden incluir, según la cantidad ingerida: letargia, mareo, desorientación, desmayo, náuseas, vómitos, dolor abdominal, gastritis erosiva, úlcera péptica, hemorragia gastrointestinal, hiperventilación, depresión respiratoria, acidosis metabólica, hipertensión, tinnitus, insuficiencia renal aguda, convulsiones y coma. Tratamiento En caso de ingestión reciente (menos de 60 minutos) se recomiendan medidas orientadas a prevenir la absorción gastrointestinal (emesis o lavado gástrico, según la condición del paciente, más carbón activado), seguido por tratamiento sintomático y de soporte. Vigilar la función renal y respiratoria y considerar la posibilidad de convulsiones. La diuresis forzada, la hemodiálisis y la hemoperfusión resultan inefectivas ante la elevada unión a proteína del ketorolaco.
Aunque no se ha evidenciado teratogenicidad en los ensayos experimentales con el ketorolaco, no hay estudios clínicos adecuados que demuestren su seguridad en mujeres embarazadas. Por ello, y por considerar que existen analgésicos con mejor balance beneficio/riesgo para el tratamiento del dolor post-operatorio o post-traumático en estas pacientes, no está indicado durante este periodo. No se administre durante el embarazo o cuando se sospeche su existencia.
Con prescripción facultativa. Manténgase fuera del alcance de los niños. Almacenar a temperatura inferior a 30°C. En su envase y empaque original. No sobrepasar la fecha límite de utilización que aparece en el acondicionamiento exterior.